Se utilizará un perro detector en la escuela para evitar que los estudiantes vapen.
Una escuela secundaria anunció que utilizará un perro detector para desalentar a los estudiantes de traer bolígrafos de vapeo.
Según la City of Norwich School, se mostrará un “perro de disuasión pasiva” en la escuela un día de febrero.
Según un representante, esta medida es una de las varias que se están tomando para contrarrestar el “impacto negativo de los vapeadores y otras sustancias prohibidas”.
En un esfuerzo por combatir el creciente número de jóvenes que desarrollan este hábito, el primer ministro anunció el lunes que se prohibirán los vapeadores desechables.
“Aunque actualmente no tenemos un problema con esto [el vapeo] en la escuela, somos conscientes de que es un desafío creciente en la sociedad, y por lo tanto queremos tomar medidas proactivas para ayudar a contrarrestarlo y disuadirlo”, declaró un representante de la Ormiston Academies Trust, que supervisa la City of Norwich School. El grupo que financia este perro detector tiene mucha experiencia en brindar este servicio en entornos educativos”.
La escuela afirmó que, además de llevar a cabo asambleas especializadas y dirigir a los estudiantes que necesitan más atención, se están realizando otros esfuerzos educativos para desalentar a los niños de vapear.
Aunque actualmente es ilegal vender vapeadores a personas menores de 18 años en el Reino Unido, el gobierno sostiene que los dispositivos desechables, que a veces se ofrecen en envases más llamativos y pequeños que los recargables, son un “factor clave detrás del alarmante aumento en el vapeo entre los jóvenes”.
Según los datos de la organización Action on Health, el porcentaje de jóvenes de 11 a 17 años que vapean de manera regular o esporádica es del 7.6%, frente al 4.1% en 2020.
El vapor inhalado contiene pequeñas cantidades de sustancias químicas, incluida la altamente adictiva nicotina. Según los profesionales médicos, el vapeo puede dañar con el tiempo el corazón, el cerebro y los pulmones de los jóvenes.
Los expertos afirman que se necesita más investigación para determinar las consecuencias exactas para la salud.
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