En 2024, el gobierno portugués tiene la intención de aumentar los impuestos sobre los e-líquidos. El impuesto sobre los e-líquidos que contienen nicotina aumentará en un 4%, hasta un máximo de €0,351 ($0,373) por mililitro; por otro lado, el impuesto sobre los e-líquidos sin nicotina será de €0,175 por mililitro.
Además, habrá un impuesto mínimo sobre los e-líquidos que contienen nicotina y los que no la contienen, equivalente al 25% y el 12,5% del impuesto sobre los cigarrillos regulares, respectivamente.
Alberto Gomez Hernández, Gerente de la Comunidad de World Vapers Alliance, declaró en un comunicado: “Aumentar la tributación de los e-líquidos de esta manera hará que el vapeo sea una opción menos atractiva para consumir nicotina y evitará que los grupos de bajos y medianos ingresos tengan acceso a los productos”.
Debido a restricciones financieras, existe el peligro de que los vapeadores vuelvan a fumar y que los fumadores no hagan el cambio. Portugal tiene el impuesto de consumo más alto de la UE para los productos de vapeo; en lugar de eso, debería seguir el ejemplo de países como Suecia y el Reino Unido, que están reduciendo con éxito las tasas de tabaquismo al alentar a los fumadores a dejar de fumar.
Hernández abogó por una estrategia basada en el riesgo para la tributación de los e-líquidos por parte del gobierno portugués. “Los impuestos deberían reducirse en un 95%, ya que el vapeo presenta un riesgo un 95% menor”.
Hernández afirmó que Portugal debe mantener alternativas accesibles y asequibles al tabaquismo si desea alcanzar los objetivos establecidos en su Plan Nacional contra el Cáncer y el Plan Europeo contra el Cáncer. “Este año, Suecia se convertirá en el primer país del mundo libre de humo, mientras que Portugal está tomando decisiones que van en contra de esta tendencia”.
En desarrollos relacionados, el gobierno portugués ha propuesto legislar la prohibición de productos de tabaco calentados con sabor y ha decidido posponer la implementación de la Directiva del Tabaco de la UE. Según 2Firsts, la prohibición en Portugal no entrará en vigor hasta 2024, en lugar de la fecha originalmente planeada, el 23 de octubre de 2023.